La razón principal por la que nuestras instituciones locales y europeas están apostando por la iluminación led es la reducción de la factura energética y, en consecuencia, la dependencia de combustibles fósiles, obteniendo como beneficio una disminución de emisiones de CO2.
Pero, ¿qué sentido tiene reducir la contaminación durante el uso de la luminaria, si su proceso de fabricación puede ser un desastre medioambiental?. Me explico:
Gracias a la gran eficiencia del led, a día de hoy nos encontramos con casos en los que la energía necesaria para la fabricación de una luminaria, es mayor que la que empleará esa misma luminaria durante toda su vida útil. La carcasa de aluminio requiere grandes aportaciones energéticas: explotación de la cantera, traslado materias primeras, obtención de la alúmina, refinado, aleación y moldeo. La obtención del vidrio requiere aún mayores temperaturas y también un largo proceso y, de modo similar, ocurre lo mismo con el resto de componentes que la forman.
El protocolo europeo de generación eléctrica da prioridad absoluta a las energías renovables. Esto significa que las centrales eólicas, fotovoltaicas e hidroeléctricas, vierten a la red toda la energía que son capaces y, por el contrario, las centrales térmicas (básicamente carbón y nucleares), modulan su producción en función de la demanda. El objeto de este modelo es que cualquier disminución de la demanda eléctrica significa una reducción directa del consumo de combustibles no renovables.
Sin embargo, desgraciadamente la mayoría de países asiáticos basan su política de generación eléctrica en la combustión de carbón y uranio. Teniendo en cuenta además, que una gran parte de estas centrales no superarían la más inocente inspección medioambiental europea, queda claro que el coste medioambiental de la fabricación de un producto en estas zonas significa muchas más emisiones de CO2, azufre y residuos que si lo fabricáramos en Europa.
¿Acaso el medioambiente tiene fronteras?. Ya sabemos que no, y por ello en Yter Led apostamos a consciencia por la fabricación nacional. Además, nuestros procesos productivos cumplen con las más exigentes normativas europeas y somos consecuentes con lo que servimos: productos medioambientalmente sanos y de bajo consumo energético.
A nuestros clientes nos es fácil explicarlo, pero la Administración está demostrado una miopía absoluta concediendo licitaciones a productos fabricados bajo ningún control en países asiáticos. Tendremos que empezar a sensibilizarla, porque el medioambiente es el argumento principal del led y debemos ser coherentes, y más aún, si es con el dinero de los contribuyentes.